La no vidente y solitaria Helen, no sabía lo que era el amor hasta que conoció a Oliver, un vacuno joven que se sintió atraído por ella desde el primer momento que la vio.
Según relatan algunos medios en Internet, Oliver no había hecho amigos en tres años desde que había llegado al santuario en Oregon y Helen pasaba sus días aislada y sin compañía.
Sin embargo, ahora Oliver corre a pastar tiempo con ella cada mañana donde comparten comida, pasan y duermen siesta.
Sin duda otra de las lecciones que nos enseñan los animales como por ejemplo : a no ver diferencias y a compartir con los más mayores, demostrandonos así que el amor y la amistad rejuvenece y hacen felices a todos los seres vivos.