Bajo el título “Señal geoquímica de materia orgánica de sedimentos superficiales de lagos distribuidos a lo largo de un gradiente climatológico del lado occidental de la cordillera de los Andes”, el doctor Sergio Contreras publicó en la revista Science of the Total Environment.
La idea fue extraer la información ambiental retenida y registrada en la materia orgánica depositada en el fondo del sedimento de cuerpos de agua lacustres ubicados a lo largo de la costa de Chile, donde existe un gradiente conocido de temperatura y precipitación.
“Hay una transición climática cerca de los 42° de latitud Sur que se ha reportado considerando zonas climáticas y vegetación que se ve reflejada en los sedimentos superficiales de los lagos. Información retenida en el carbono y nitrógeno de la materia orgánica sedimentaria registra esta transición atribuida a cambios en temperatura y precipitación. También se pueden ver cambios en un gradiente altitudinal. Sin embargo, necesitamos muestrear más lagos a mayor altura para confirmar los cambios observados”, concluye el científico. A raíz de ello, ahora se puede identificar en más detalle la zona de transición y averiguar si siempre ha estado ahí o se mueve hacia el norte o sur en el pasado.
Es la primera investigación con varios datos de sedimentos superficiales de lagos a lo largo de Chile, el trabajo fue liderado desde el Departamento de Química Ambiental de la Facultad de Ciencias de la Universidad Católica de la Santísima Concepción con la colaboración de Dr. Josef Werne de la Universidad de Pittsburgh. El fondo de los lagos retiene información ambiental en sus sedimentos, que tiene relación con material que se ha acumulado. “Tomamos una muestra del fondo de los lagos, del sedimento superficial y le hacemos un análisis elemental. Lo primero que quisimos analizar es si realmente retienen esta información ambiental y se proyecta hacia el sur como es esperado (menores temperaturas, mayor precipitación y respuesta de la vegetación”, sostiene el investigador del Centro de Investigación en Biodiversidad y Ambientes Sustentables.
La publicación consideró 72 lagos cubriendo la transición de clima mediterráneo. De este modo se consideró desde la Región de Coquimbo hasta la Región de Magallanes.
“Estamos tratando de chequear que gradientes climáticos que se observan hacia el sur se reflejan en los sedimentos. Por ejemplo, hay compuestos orgánicos que responden a la temperatura y otros que responden a la precipitación” comenta el Dr. Contreras. “Hacia el sur hay muy pocas estaciones meteorológicas. Si podemos homologar estos gradientes con información retenida en sedimentos lacustres y luego al analizar estas muestras de sedimento a distintas profundidades, por ejemplo en un núcleo de sedimento, podríamos reconstruir cambios de temperatura y precipitación en zonas remotas donde no hay registros instrumentales.”, finaliza.