7 de Noviembre 2019
El cambio climático será materia de examen para los escolares italianos el próximo curso. El ministro de Educación, Lorenzo Fioramonti, ha anunciado que tiene la intención de convertir a Italia en el primer país del mundo en incluir el estudio de la crisis climática en la educación obligatoria y ha explicado, en una entrevista con la agencia Reuters, que a partir de septiembre, todas las escuelas dedicarán 33 horas al año, en torno a una hora a la semana, a abordar la cuestión.
El ministro, antiguo profesor de Economía de la Universidad de Pretoria, en Sudáfrica, también ha comunicado que los profesores impartirán lecciones sobre medio ambiente y desarrollo sostenible en todos las etapas de la educación obligatoria. Al inicio lo harán como parte de la materia de Educación para la Ciudadanía, —que será obligatoria también a partir del próximo curso, después de 30 años de ausencia—, en el marco de un proyecto piloto cuyo objetivo final es incorporar la agenda climática de las Naciones Unidas en todo el plan de estudios.
Según la concepción del político, que pretende “hacer de la sostenibilidad y del clima el centro del modelo educativo”, otras materias tradicionales como la Geografía, las Matemáticas o la Física se estudiarán “desde una nueva perspectiva vinculada al desarrollo sostenible”, para analizar, por ejemplo, los efectos de la acción del hombre en las diferentes zonas del planeta.
Los activistas ambientales han recibido la noticia de la nueva asignatura con optimismo, pero también han alertado de que toda la responsabilidad sobre el cuidado del planeta no debería recaer solamente sobre los más jóvenes. “Instruir a los niños en sostenibilidad es ciertamente muy importante. Pero la ciencia nos dice que los próximos 10 años serán cruciales, no podemos esperar a la próxima generación”, ha declarado a The New York Times Edoardo Zanchini, el vicepresidente de Legambiente, la principal asociación ambientalista de Italia.
Fioramonti, del Movimiento 5 Estrellas, un partido con una fuerte impronta ecologista, sobre todo en sus orígenes, está al frente de la cartera de Educación desde septiembre y en estos meses ha sido criticado por haber animado a los estudiantes a saltarse las clases para participar en las manifestaciones de la huelga mundial por el clima, impulsada por la activista sueca Greta Thunberg y que en Italia ha tenido gran acogida.
En poco tiempo, el ministro se ha convertido en diana de los ataques de la oposición por sus propuestas como la retirada de los crucifijos de las aulas o las nuevas tasas para los billetes de avión, los plásticos y las bebidas y alimentos azucarados, que el Parlamento deberá aprobar dentro de la ley de Presupuestos para el próximo año. “He sido ridiculizado por todos como el tonto del pueblo y ahora el Gobierno está utilizando dos de mis propuestas y me parece que cada vez más personas están convencidas de que este es el camino a recorrer”, ha declarado Fioramonti. Y ha justificado que este tipo de impuestos tienen como objetivo “desalentar el consumo perjudicial para el medio ambiente y para las personas” y ha alegado que “generan recursos que se pueden destinar a las escuelas, a las políticas sociales o a recortar los impuestos sobre la renta”.
Del lado opuesto se encuentra la Liga de Matteo Salvini, exministro de Interior, que es el partido más popular en Italia según todos los sondeos, que le dan en torno al 30% de los votos y escéptico en cuanto al cambio climático. El líder ultraderechista, un día frío de mayo, la pasada primavera, se burló del calentamiento global. “Desde que han disparado las alarmas sobre el calentamiento global hace más frío que nunca, hemos tenido que volver a encender las calefacciones. ¿Dónde está ese calentamiento global? Lo estoy esperando”, dijo.
Con este ejemplo, el ministro de Educación ha señalado que busca combatir ese tipo de “tonterías”, enseñando a los niños que “este es el desafío más importante que la humanidad ha enfrentado”.
Fuente: El País de España.