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#MUNDO De la perrera de Málaga a la casa de Julio Iglesias en Punta Cana

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Si dos hermanas adoptan a un perro en el Parque Zoosanitario de la capital, es un bonito gesto pero no es noticia. La cosa cambia cuando las que acuden al centro situado en La Virreina son las gemelas Victoria y Cristina, las hijas de Julio Iglesias y Miranda Rijnsburger, de 16 años y consideradas ya auténticas ‘influencers’ entre los adolescentes.

Las jóvenes llegaron a las instalaciones dentro de un grupo de varias personas, todos amigos, el viernes, 11 de agosto (la noche de los fuegos de la feria), durante un periodo de estancia de la familia en su mansión de Ojén. Según algunos voluntarios consultados por SUR, alguien creyó reconocerlas en ese momento, pero ellas se mostraron discretas y no se identificaron en ningún momento. Finalmente, la historia se confirmó a través de las redes sociales.

Los visitantes se encaminaron hacia la nave A, que es la de los canes en situación de adopción, donde había unos 40. Pero iban a tiro fijo, según estas fuentes, previsiblemente porque ya los habían elegido antes, a través de la página web ‘perrosdemalaga.com’, donde se muestran todos los que están en busca de un hogar. Las elecciones no fueron ni mucho menos al azar. Optaron por tres hembras, y todas ellas pertenecientes a razas de las que los animalistas denominan «invisibles», que tienen menos posibilidades de encontrar una nueva familia.

De hecho, en todos los casos llevaban unos cinco meses en el Zoosanitario, por lo que eran de los más antiguos. De ellos, dos son perros de caza: Chantal, una podenca de ocho meses; y Chata, una braco alemán de casi cuatro años.

Perros con historias tristes

Pero la historia más triste es la de la tercera: Cora, un cruce de pastora belga, de gran tamaño, con algo más de cuatro años, que fue adoptada a principios de julio por un matrimonio de cierta edad. La devolvieron al Zoosanitario dos semanas después y alegaron que no podían con ella (es muy activa y necesita bastante actividad), según explican responsables del Área de Sostenibilidad Medioambiental del Ayuntamiento. La adopción finalmente fue formalizada por una tercera persona, una amiga o asistenta mayor de edad, ya que ellas no podían por su condición de menores. Tuvo un coste total de 97,50 euros.

Desde el mismo momento en el que abandonaron el centro municipal, Victoria y Cristina comienzan a subir fotos de los nuevos miembros de la familia a las redes sociales, con una audiencia de más de 26.000 seguidores. En estos foros anuncian también la reciente pérdida de su mascota de toda la vida.

Entre las imágenes aparecen varias de Cora descansando plácidamente en un avión privado. Las chicas avisan de que su próximo destino es la villa familiar de Punta Cana. Muy lejos ha quedado para todos el Zoosanitario de Málaga.

Fuente: diarioelsur.es

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