El pasado jueves, en Nueva York y en el mismo edificio que se desarrolla el juicio a Joaquín Guzmán Lorea (conocido como Chapo Guzmán), se dictó condena respecto de Andrés López Elorza (38 años, de nacionalidad colombiana), quien fue encontrado culpable de implantar heroína líquida a cachorros caninos a fin de transportar la droga para una organización de narcotraficantes de la misma nacionalidad.
Así, el veterinario fue condenado a setenta y dos meses de prisión, de los cuales se restarán los tres años que ha permanecido en detención mientras se desarrollaban las investigaciones, es decir, deberá permanecer en prisión tres años más y luego podría ser deportado a España, país en el cual viven sus familiares.
Detalles del caso
De acuerdo a la fiscalía, la cronología de este caso comenzó en septiembre de 2004 en Colombia con el fin de introducir drogas en Estados Unidos. Los hechos habrían durado hasta enero de 2005 e involucró a personas y perros de corta edad. En el caso de los cachorros, utilizaron labradores, rottweilers y beagles a los cuales López Elorza operó e implantó paquetes de heroína líquida en sus vientres con el fin que no pudiesen ser detectados por las autoridades aeroportuarias. Una vez en que los animales se encontraban en territorio estadounidense, eran sometidos nuevamente a procedimientos quirúrgicos para recuperar las drogas.
2005. En enero de este año, las autoridades colombianas en trabajo conjunto con la DEA (agencia estadounidense a cargo de la Administración para el Control de Drogas), detienen a una veintena de presuntos narcotraficantes. López Elorez -nombre con el que era conocido- no se encuentra entre los detenidos pues huye a España junto a su familia. Sin embargo, y de acuerdo a lo señalado por el fiscal federal adjunto Nathan Reilly, ya entonces el veterinario es conocido por facilitar el uso de perros de distintas edades a los cuales cosía paquetes con heroína diluida en el interior de sus cuerpos. En el allanamiento que se efectúa al rancho del veterinario en Medellín ese año, se confiscan más de una docena de bolsas con la droga en estado líquido, otras diez bolsas que habían sido removidas de algunos de los perros utilizados como ”mulas” e incluso algunos de los canes que permanecen en el lugar aún tienen las bolsas adheridas en sus cuerpos, las que son detectadas con pruebas de ultrasonido. Estos paquetes pesan unos 3 kilos y tienen un valor aproximado de US$200.000.
En el lugar encuentran diez perros en su mayoría cachorros y con cicatrices en sus estómagos. Cinco de los perros huyen, tres mueren tras contraer infecciones luego que les son retiradas las bolsas con droga; en tanto que dos de ellos son adoptados y uno entrenado por la policía de Colombia para luego ser parte del equipo de detección de droga.
Tanto la DEA como la policía colombiana desconocen la totalidad de perros utilizados en estos procedimientos y cuantos murieron en ambos países a causa de infecciones tras las cirugías.
2013. López Elorza es detenido y queda en libertad a la espera del procedimiento de extradición que había solicitado Estados Unidos, que lo reclamaba para juzgarlo por tráfico de drogas. Se fija su residencia en Lugo y cuando la Audiencia Nacional falla a favor de EE.UU. el veterinario decide huir.
2015. Gracias a la operación Puppies, mascotas en inglés, la Guardia Civil española logra arrestarle en Santa Comba, una localidad de A Coruña, a petición de Estados Unidos, y se dicta prisión sin derecho a fianza. Durante todo el tiempo prófugo, López Eloraz no se comunica ni con su mujer ni con sus hijos con la idea de no ser localizado por la policía.
Video de la Guardia Civil de España.
2018. En abril es extraditado a Estados Unidos, y en una corte federal de Brooklyn, distrito este de Nueva York, el fiscal Richard Donoghue señala en un comunicado que el acusado: “(…) no sólo es un narcotraficante, sino que violó el juramento veterinario de prevenir el sufrimiento animal cuando usó sus habilidades quirúrgicas en un cruel plan para traficar heroína en el abdomen de los cachorritos.” El fiscal también señala: “Los perros son el mejor amigo del hombre y, como el acusado está a punto de enterarse, nosotros somos el peor enemigo de los narcotraficantes”.
Inicialmente y tras su formalización ante la jueza Marilyn Go, Andrés López Elorza se declara inocente. Sin embargo, septiembre del mismo año se declara culpable de asociación delictuosa para traficar heroína a Estados Unidos.
Antes y durante la sentencia
El pasado jueves 7 de febrero, y antes que el juez dictara sentencia, la fiscalía comentó: “Es responsable de un acto atroz. Usó su formación como veterinario para hacer daño e introducir droga en Estados Unidos dentro del cuerpo de unos perritos”.
En tanto, Andrés López Elorza pidió disculpas y expresó su arrepentimiento. Señaló que cuando se formaba como veterinario: “abrió una puerta que no debía haber cruzado”. Después salió de Colombia rumbo a España, señaló que lo hizo para “ser otra persona y crear una nueva familia.”
Sin embargo, la acusación fue rotunda en el tribunal. Se explicó que López Elorez se encontraba “debidamente formado” para realizar este tipo de intervenciones a los animales, pese a que dijera que era un estudiante. Y en otro punto, se señaló que puso a disposición de los narcotraficantes su rancho. “Desempeñó un papel activo en la trama criminal”, afirmó la representante de la fiscalía, “no podrían haberlo hecho sin su asistencia”.
Imágenes: HO (AFP)