Semanas después de que su única compañera fuese trasladada a otro zoo, la osa Szenja, de 21 años, falleció repentinamente el martes en el SeaWorld de San Diego.
Sus cuidadores aseguran que en los últimos días había sufrido una falta de apetito y energía. Hay una autopsia planificada, pero el parque dice que podrían pasar varias semanas antes de que puedan conocer la causa de la muerte.
Szenja nació en un zoo alemán en 1995. Dos años después la trajeron a SeaWorld cuando el parque abrió su exhibición de “Ártico salvaje”. Su única compañera, otra osa polar llamada Snowflake, y con la que había convivido desde 1997, fue enviada al zoo de Pittsburgh a finales de febrero.
Cientos de personas firmaron la petición para mantenerlas juntas. Tracy Remain, la vicepresidenta ejecutiva de PETA le dijo a la NBC que “Después de haber perdido a su compañera de 20 años cuando SeaWorld envió a Snowflake al zoo de Pittsburgh para criar a más osos polares miserables, Szenja hizo lo que cualquiera hubiese hecho al perder la esperanza: se rindió”
“Esto debería de ser una llamada de atención para SeaWorld: parad de criar y enviar animales a lo largo y ancho de mundo, cerrar las exhibiciones de animales y retirar a vuestros animales en santuarios. Hasta que lo hagáis, este barco se seguirá hundiendo”.
Los osos polares pueden vivir unos 18 años en libertad y entre 20 y 30 en cautividad. La osa polar más longeva de Estados Unidos, una hembra llamada Uulu, murió el viernes pasado en el zoo de San Francisco a los 36 años de edad.
Fuente: Play Ground