Se llama Clayton, es miembro del Cuerpo de la Policía Municipal de Madrid y su especialidad ha sido siempre la detección de explosivos. En esa tarea se ha pasado los últimos siete años. Más de la mitad de su vida ha transcurrido acudiendo a avisos de bomba en edificios, revisando los bajos de los coches, papeleras o rastreando cualquier objeto sospechoso.
Ahora, su larga vida en activo se ha terminado. Clayton, que solo tiene 11 años, se acaba de jubilar. Es un agente muy especial no en vano es un pastor alemán, perteneciente a la Sección Canina. A primeros de mes colgó su chaleco con el distintivo de agente, se despidió de sus compañeros y abandonó el servicio en el que ha dado siempre «lo mejor de sí mismo», a decir de quienes le conocen.
Este can ha sido uno de los profesionales más activos. Ha prestado servicio en acontecimientos relacionados con la Familia Real en algunas de las comitivas que han realizado, así como en acontecimientos de masas, como las maratones. La más delicada fue la que se celebró en Madrid después de la de Boston, el 15 de abril de 2013, cuando un joven yihadista dejó un artefacto explosivo que provocó la muerte de tres personas y dejó a otras 264 heridas. Eso hizo que Clayton y otros perros policías de la unidad, tuvieran que revisar una por una, todas y cada una de las mochilas de los participantes en la carrera, los coches, etc. Por suerte, en su carrera profesional el éxito le ha acompañado. «Los perros son una herramienta policial imprescindible en nuestro trabajo», explica a ABC una portavoz del Cuerpo.
«Un olfato prodigioso»
Desde el primer momento que llegó a la Unidad Canina, integrada por23 animales especializados, además de en explosivos, en localizar droga, dinero, así como en la búsqueda o rescate de personas tras una catástrofe –riada, terremoto, hundimiento o suceso–, los funcionarios se percataron de sus cualidades. «Es inteligente y tiene un olfato prodigioso, nunca mejor dicho, algo fundamental para su labor, además de ser muy cariñoso y estar acostumbrado a la gente», agrega.
Fue cedido por el Centro de Protección Animal (CPA) del Ayuntamiento de Madrid en junio de 2008, un procedimiento bastante inusual. Lo habitual es que estos perros se compren a criadores, y en una minoría de casos, son cedidos por particulares o proceden de la adopción. Si tienen las aptitudes necesarias se hacen cargo de ellos y comienza el adiestramiento.
Clayton llegó a la unidad a la edad ideal: con dos años. Todos los canes que acaban formando parte del Cuerpo tienen entre uno o dos, la etapa adecuada para su preparación, ya que después se convierten en adultos y es más difícil enseñarles. Se le asignó un guía, su compañero de viaje: de trabajo y de patrulla, con el que es fundamental que congenie.
Se les educa a través del juego: con un mordedor, para ellos el mejor regalo del mundo. Con ese juguete, impregnado en el olor específico de lo que se quiera localizar, comienza el trabajo. Clayton, como sus compañeros perrunos, aprendió muy rápido. Esconden el mordedor y cuando lo encuentran no hay mejor recompensa para ellos.
Su misión forma parte del esparcimiento y con su guía forman un binomio perfecto. Él le cuida, le alimenta, le peina, le asea y salen a la calle juntos. «Como los canes son muy territoriales, ven al policía como jefe de la manada, le obedece en todo».
Vida laboral: 7 u 8 años
Clayton salía a patrullar por orden de servicio, en caso de acontecimientos importantes que conllevaran algún tipo de riesgo, o a requerimiento de otros agentes si observaban algún objeto sospechoso. En la mayoría de los casos, eran falsas alarmas.
La vida laboral de estos animales dura un periodo de entre siete u ocho años. Depende de su olfato y del estado de sus capacidades, ya que estas cambian con la edad. Es el caso de este perro policía Ahora, ha empezado una nueva vida como jubilado con una familia que le ha adoptado. «Sigue en contacto con su guía, que le visita y le acompaña al médico sin perder el vínculo; así la transición es más fácil», explican las mismas fuentes. Además, es precisamente su adiestrador el encargado de elegir su nuevo hogar y a sus nuevos amos, un hecho que viene ocurriendo desde 2014.
Las razas de los perros policías son, además de pastores alemanes, belgas malinois, cocker spaniels, border collies y labradores.
«La sección canina comenzó a gestionar la reubicación de los perros policías jubilados entre el personal del Ayuntamiento que desea adoptar a través de una intranet municipal». Así ha ocurrido con Clayton. Antes los agentes caninos que acababan su vida profesional eran entregados a protectoras de animales que se encargaban de buscarles el mejor lugar para disfrutar de su jubilación. Clayton ya lo tiene, y como él, otros tres compañeros jubilados este año.
Fuente: ABC. es