Grupos de protección animal aprovechan una fecha de celebración internacional para promover el trato igualitario para animales de distintas especies.
¿Alguna vez te preguntaste por qué a algunos animales los amamos y a otros los comemos?, el 27 de agosto, la campaña del Día Mundial por el Fin del Especismo pone el foco en este importante debate, ayudando a concientizar sobre el impacto de nuestras relaciones con los animales no humanos. Alrededor del mundo, docenas de organizaciones y grupos están invitando a las personas a reconsiderar su empatía hacia las distintas especies.
El término “especismo” fue acuñado por el psicólogo inglés Richard D. Ryder en los años setenta y popularizado por el filósofo australiano Peter Singer, en su libro “Liberación Animal”, publicado en 1975. Su investigación desafía las razones por las que la humanidad jerarquiza el valor de los animales con los que compartimos el planeta, al decidir cuáles especies merecen consideración moral y cuáles no.
“Aunque no hay diferencias fundamentales en su capacidad de experimentar dolor y tener emociones, en la práctica, sometemos a los animales de granja a un sufrimiento mucho más intenso y prolongado. Los animales criados para el consumo -vacas, cerdos y pollos, entre otros- son tratados de formas que serían consideradas crueles en muchos países y escandalosas para los animales de compañía (como perros y gatos)”, dice Diamela Covarrubias, directora de Relaciones Corporativas de la organización internacional de protección animal Sinergia Animal.
Y explica: “Entre estas prácticas se encuentran: pasar sus vidas encerrados en pequeños espacios o ser mutilados sin calmantes para el dolor. Por eso esta es una fecha importante para que nos tomemos un momento para reflexionar sobre esto”.
Chile al debe
Cada año, más de 70 mil millones de animales terrestres son asesinados en todo el mundo para convertirse en alimento. Son 50 veces más animales que los que actualmente son mascotas. Para Covarrubias, esta disparidad por sí misma debería iniciar un debate. “Estamos hablando de miles de millones de seres sintientes. Por ejemplo, los estudios demuestran que los cerdos son igual de inteligentes que los perros, aunque rara vez los perros sufren de la misma manera”, señala.
El nivel de protección otorgada a cada especie varía muchísimo de acuerdo con cada país, cultura y a lo largo del tiempo. En algunos casos, data de hace menos de un año. En 2021, el Reino Unido reconoció legalmente a todos los animales vertebrados como seres sintientes, lo que significa que tienen la capacidad de experimentar sentimientos positivos y negativos como placer, alegría, dolor y angustia. Este año, el gobierno británico añadió algunas especies de invertebrados a la lista, como langostas, pulpos y cangrejos. Esto ayuda a asegurar que sus necesidades y su capacidad de sentir dolor sean consideradas a la hora de crear políticas públicas.
Y la ley se está poniendo al día con la ciencia en todo el mundo. El Índice de Derechos Animales ofrece una visión general de cómo varias especies animales están siendo tratadas y protegidas a nivel global. Chile aparece en el puesto n° 31, ocupando un buen puntaje respecto a las leyes contra la crueldad animal, pero un mal lugar cuando se trata del consumo de carne per cápita.
“Un ejemplo que da cuenta de esta mala posición en términos de consumo de carne per cápita, son las Fiestas Patrias, en donde a pesar de haber una multitud de alternativas de alimentación basada en plantas, incluso más económicas, y siendo un país tan prolífico en términos agrícolas, seguimos insistiendo en el consumo de carne, en el asado o el anticucho, a pesar de que los precios están por las nubes”, recalca Covarrubias.
Desdibujando la línea
Por décadas, la psicología detrás del especismo ha intrigado a investigadores. En 2019, un estudio descubrió que la empatía y la compasión hacia otras especies aumentaba dependiendo de qué tan relacionadas estaban a la humanidad y si compartían rasgos en común con nuestra especie. Anteriormente, Janis Driscoll ya había observado resultados similares en 1995, en la Universidad de Colorado, al demostrar que las personas tienden más a clasificar a otros mamíferos como “adorables” que a los peces o las aves.
“El hecho de que los no-mamíferos no sean percibidos como adorables puede hacer que la gente se insensibilice ante su sufrimiento. A pesar de que tendemos a empatizar menos con las gallinas, por ejemplo, esto no significa que no tienen la capacidad de sentir y sufrir, todo lo contrario. Y, aun así, en términos de números, son una de las especies que más sufre en nuestro sistema alimentario. Eso, sin dejar lado a los peces, que son otro ejemplo de que a pesar de la gran cantidad de evidencia que avala que perciben dolor y de que tienen complejas habilidades cognitivas, son los menos protegidos por políticas de bienestar animales, principalmente porque su sintiencia es vastamente ignorada”, dice Covarrubias.
Junto con las preocupaciones por la salud humana y ambiental, cuestionar el especismo es una de las razones por las que tantas personas están adoptando dietas más empáticas en los últimos años. “En Latinoamérica, Sinergia Animal ha ayudado a más de 70 mil personas a tomar decisiones más conscientes, al brindar apoyo online de nutricionistas y recetas sencillas basadas en plantas”, concluye.
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