Lo que iba a ser un corte de pelo más en la vida de Jack, un tierno can, se transformó en un episodio que marcó el fin de su vida: fue entregado a su tutor por parte de un peluquero de San Miguel con costillas rotas, dientes fracturados, hematomas y diversas lesiones internas que dieron como resultado final la muerte del animal. A causa de lo anterior el equipo de litigios de la Fundación Arca presentó una querella criminal contra los responsables de los hechos, la cual fue declarada admisible por el 11° Juzgado de Garantía de Santiago.
Según se informó, el tutor había contratado para su animal un servicio de baño y corte de pelo, sin embargo, por causas que se están investigando, el perro terminó con diversas lesiones que, a juicio de los especialistas, conformarían el escenario que permitiría acreditar ante el tribunal acciones constitutivas de maltrato animal. Frente a este escenario, aclararon desde Fundación Arca, “nuestros abogados se encuentran actualmente atentos a que se efectúen las diligencias de investigación correspondientes por parte del Ministerio Público, con la finalidad de obtener las sanciones correspondientes”, enfatizaron desde la entidad animalista.
Es importante aclarar que el tribunal al admitir una querella, la cual puede ser presentada por una organización animalista o persona natural, le da la categoría de querellantes en una investigación y lo cual se traduce en: poder solicitar al Ministerio Público el desarrollo de diligencias para reconstruir y comprender la dinámica de los hechos investigados, apoyar las penas solicitadas contra los imputados o en su defecto oponerse a la tesis planteada por la Fiscalía planteando otras hipótesis de índole investigativa. Además de oponerse, por ejemplo, a una salida alternativa planteada a los acusados de los acontecimientos denunciados.