Tal como ocurre con los seres humanos, los animales pueden presentar problemas conductuales en su día a día definiéndose como cualquier actitud que puede ser molesta para el tutor y a su vez peligrosa desde la perspectiva animaluna. Según los especialistas, las causas que pueden originar lo anterior pueden ser: mala comunicación entre la mascota y el tutor, modificación de rutinas expresadas por ejemplo en la llegada de un nuevo miembro al grupo familiar, estilo de vida aburrido, condición médica que hace sentir al animal dolor, falta de educación a temprana edad, etc.
Los animales expresan los problemas conductuales a través de algunas de estas acciones: morder más de lo común, vocalizar de forma excesiva, hacer orinas y heces en lugares no habituales y/o inadecuados, presencia de conductas repitivas y dejar de ir al baño. Frente a lo anterior, un paso clave, antes de iniciar cualquier tratamiento etológico, es la toma de exámenes clínicos al animal para así determinar si los problemas de comportamiento se puede asociar a razones biológicas (las cuales eventualmente generaron complicaciones en el organismo del animal) o a otras razones como conductuales.
Y una de las formas de evitar los problemas de comportamiento corresponde al llamado enriquecimiento ambiental.
Cabe señalar que los problemas de comportamiento en los animales es el tema central del tercer capítulo de “Sólo para mascotas”, iniciativa de la Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad Andrés Bello impulsada por un proyecto de vinculación con el medio de dicha casa de estudios. El objetivo es generar conversatorios online y cápsulas informativas, las cuales tienen como fin orientar basado en la evidencia científica a los tutores de animales frente a temáticas de cuidados y tenencia responsable.