*En el contexto del Día Internacional del Aire Limpio, la académica Susana Mayer, Directora de Carrera de Ingeniería en Prevención de Riesgos y Medio Ambiente de UDLA Sede Viña del Mar, nos invita a reflexionar sobre el cuidado del aire y nuestro entorno día a día.
Hace unas décadas, los recursos naturales se consideraban inagotables. La realidad hoy es otra, muchos pueden no ser renovables, como el aire, cuya pureza puede verse afectada por la acción antropogénica y las condiciones climáticas que hacen más compleja la dispersión.
El aire puro es crucial para la vida y desarrollo de los seres vivos, y necesitamos que siempre sea limpio. Con frecuencia en las grandes urbes hay alertas ambientales debido al incremento de partículas contaminantes en el aire, las que al respirarlas provocan deterioro en la salud de las personas, causando alergias e incluso enfermedades crónicas si la exposición es recurrente. Partículas de menor tamaño que 2,5 micrones, mucho más finas que el diámetro de un cabello humano, son suficientemente pequeñas para penetrar a los pulmones y afectarlos.
Por ello, es relevante que el aire que respiramos esté libre de contaminantes, siendo los principales agentes de polución las emisiones producto de la combustión de combustibles fósiles en el transporte, compuestos químicos emitidos por las industrias, quemas de pastizales, incendios y polvo producto tráfico vehicular.
¿Qué podemos hacer para que el aire sea más respirable? Generar cambios concretos y reales, con compromiso, voluntad y conciencia de todos. La electromovilidad es un gran paso, el uso de transporte público, privilegiar tecnologías no contaminantes, tanto a nivel industrial como en el hogar; evitar quemar desechos y elegir sistemas de calefacción eficientes de menor consumo de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas).
Desde el 2020, la Organización de las Naciones Unidas proclamó el 7 de septiembre como el “Día Internacional del Aire Limpio por un Cielo Azul” para motivar a las personas a ser responsables de su cuidado, un desafío cuyo lema emula a la primera frase de nuestro himno nacional y que debiera hacernos mucho sentido si como país por muchos años más queremos seguir cantando con convicción: “Puro, Chile, es tu cielo azulado”.