Al interior del Parque Ecológico La Isla, en Concón, se ajustan las jaulas y un pabellón para lo que será una acción privada inédita en la Región de Valparaíso. Un grupo de profesionales especializados en animales en riesgo producto de la extracción y procesamiento de combustibles, minería, forestal y construcción, crearon un centro de rescate para recuperar, rehabilitar y reinsertar especies salvajes en el ecosistema.
“Es un proyecto que empezó a funcionar en marcha blanca y esperamos que en junio podamos hacer la inauguración. Nuestra asesoría consiste en la atención médica de fauna afectada por la actividad antrópica (humana)”, señala Pablo Salah, director de la Fundación para la Fauna Silvestre Ñamku.
Con la infraestructura instalada en el humedal de la comuna se podrán rehabilitar lobos de mar, aves, zorros, entre otras especies. Además contará con un hospital de campaña que podrá ir en apoyo de emergencias mayores.
“Existen muy pocos centros que pueden atender a una ballena, por ejemplo. Nosotros logramos ver a delfines, pero el hospital móvil estará disponible para lo que se necesite. Tenemos un contenedor también”, agrega Salah.
La Fundación Ñamku ha realizado el rescate y rehabilitación de una amplia gama de animales afectados por diferentes situaciones, como cóndores, águilas, tucúqueres, halcones, peucos, lechuzas blancas y cernícalos. Además, también ha participado activamente en investigación en temas referentes a fauna silvestre. También han efectuado la liberación de zorros, yaca y quiques, teniendo una activa participación en la conservación de la fauna en la reserva de la biosfera La Campana-Peñuelas.
Apoyo
El Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca) es el que entregó la calificación de los profesionales que tendrá el centro, organismo que valoró la iniciativa.
El director regional de la entidad, Marcelo Arredondo, destacó que “este centro para nosotros es de tremenda ayuda. Como Sernapesca la tuición y rescate de ejemplares es nuestra jurisdicción, pero no tenemos cómo hacer la rehabilitación y ponerlos en condiciones para que puedan ser lanzados al mar nuevamente, es una labor intermedia importante”.
En el caso de un lobo marino herido, el centro de rescate tiene la competencia para intervenir desde la sanación de una herida hasta la certificación del momento en que pueden ser liberados y reinsertos en estado salvaje, con la alimentación del hábitat.
Con aportes voluntarios, colaboración y asesoría a empresas en materia medioambiental, permitirán la participación de médicos veterinarios, zoólogos y biólogos expertos.
Además, la fundación cuenta con el apoyo del Fondo Internacional de Ayuda a los Animales.
Fuente: La Tercera.