Uno de los grandes temores que tenemos los humanos respecto a nuestros compañeros peludos es, sin lugar a dudas, la presencia de una enfermedad grave en ellos por el sufrimiento involucrado. Ejemplo de aquello es la historia de Tribilín, un can comunitario de la Villa Lomas de Mirasur en San Bernardo que hace casi tres años fue adoptado por la familia Martínez Gálvez.
«Tribilín llegó a nuestra villa hace varios años, junto a dos canes más y dónde era el macho alfa. Se instaló en la portería, allí recibía comida de la buena caridad de personas que lo alimentaban, pero sin amor de una familia. Por eso decidimos adoptarlo una noche de navidad, cuando llego este campeón a nuestra casa automáticamente se ganó su espacio y convive con sus otros amigos peludos 2 gatos y 3 perritas pequeñas», explicó Ariel Martínez, residente de la villa consignada y productor de Equipo de Protección Animal EPA Chile, sobre el comienzo de la historia con Tribilín.
De esta manera fue pasando el tiempo, en el cual nuestro amigo peludo disfrutaba de la vida jugando con su pelota roja y recibiendo el cariño de sus humanos día a día. Sin embargo, el caminar más lento y una pérdida progresiva de peso fueron señales que alertaron a sus tutores: luego del respectivo chequeo veterinario, el diagnóstico final fue cáncer y, en consecuencia, urge iniciar rápidamente un tratamiento en pro de entregarle cuidados y dignidad al can en la finitud de su vida.
#SALUD El cáncer en los perros y las claves del proceso para comprender la enfermedad