Hace algunos meses, «Shorty», un pug de 15 años lloraba desconsoladamente cuando su rescatista «Marc» volvió a trabajar, por lo que la suegra del hombre ideó mandar hacer un maniquí a semejanza de su yerno y le sugirió a su hija que le colocara ropa vieja, para que tuviera el olor de su marido y esto pudiera consolar al can.
Según la esposa, Kristen Peralta :» Shorty estaba inconsolable, así que a mi madre se le ocurrió de hacer un falso Marc hasta con sus tatuajes. El pequeño se calmó y ahora duerme como bebé. Hasta juega con él y está muy feliz», cierra.
Sin duda una idea a considerar sobre todo ahora que la normalidad volverá lentamente y nuestros peludos nos extrañarán aún más.
