Lo que debía ser un tranquilo regreso a casa, luego de un paseo, se transformó en un momento de violencia y discriminación hacia una perrita lazarillo y una asesora del hogar de un edificio de Reñaca. El caso se registró poco antes de las 12 de la mañana de este sábado 26 de Septiembre. Todos los hechos quedaron registrados en las cámaras del edificio Atlantis.
A lo largo del video se observa como la mujer, identificada como Patricia Valdebenito, lleva consigo a la can llamada Alai que es una perrita lazarillo. El ascensor llega a un piso y se abren sus puertas, acercándose un sujeto con dos menores de edad que se molesta al ver el ascensor ocupado por una nana y un can. Ante
eso, toma al can y lo lanza violentamente hacia el exterior y luego trata de sacar a Valdebenito, quien se resiste a la cción y por lo cual es insultada.
“Me empieza a agredir y decirme que salga del ascensor, que ése no era mi lugar, yo le dije que no me iba a bajar, por lo que bruscamente toma al animal y lo lanza fuera del ascensor y después me empuja. Yo le dije que dónde estaba su educación y por qué nos discriminaba a nosotros por el hecho de ser nana”, contó la afectada a la prensa.
La persona acusada de actuar violentamente con Patricia y el animal es el oftalmologo viñamarino Carlos Schiappacase, quien de acuerdo a la familia para la cual trabaja Patricia ha tenido otros problemas con sus vecinos del edificio. Lo acusan de tener, de manera constante, un comportamiento violento e irracional y donde, aseguran, esta vez sobrepaso todo límite. “Es un acto de cobardía y discriminación hacia una nana que son las personas que nos ayudan, tomó a la perra, la agredió y la tiró lejos, luego empujó a la nana, ése es un acto cobarde, no puede ser”, manifestó Felipe Asalgado, dueño del animal.
La familia afectada ya presento una denuncia por maltrato animal ante la justicia y está evaluando las acciones a seguir en cuanto a la agresión sufrida por Patricia, en ambos casos el objetivo es que Schiappacase responda por su accionar y sea sancionado.
Cabe señalar que, de acuerdo a la Ley 20025, toda persona que hiera, cause heridas o algún trauma a un perro de asistencia deberá costear los gastos veterinarios y en caso de provocar la muerte se deberá hacer responsable de reemplazar al animal por otro. Todo esto sin perjuicio de las indemnizaciones que pueda recibir el afectado producto de una demanda civil contra el victimario.
