¿Qué es la ansiedad por separación en los perros?

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Ladridos, llanto y aullidos en ausencia de sus dueños, evacuaciones en lugares inadecuados y destrozos en la casa son los problemas de comportamiento más frecuentes por los cuales consultan los propietarios de perros.

A menudo estas señales solo son relacionadas como malos hábitos o problemas conductuales, pero podemos estar en presencia de un trastorno mayor como la ansiedad por separación. Este es un estado mental negativo del perro, que aparece precisamente cuando se queda solo o es separado de sus dueños, se manifiesta con variados signos que generalmente los propietarios del perro no logran interpretar ni menos dar solución, generándose no solo una condición desagradable en el perro, sino también de frustración en sus dueños. Por eso es muy importante que los propietarios de perros que se enfrenten a estos signos, consulten a un especialista (etólogo o psicólogo canino) ya que la ansiedad por separación es un problema que tiene solución y los perros pueden mejorar considerablemente siempre y cuando se siga un tratamiento apropiado con constancia y paciencia.

¿Que puede causar la ansiedad por separación?

 Dentro de las causas que pueden originar la ansiedad por separación se encuentran los estímulos naturales en los cuales influye el ambiente, el entorno, las personas, el destete a temprana edad, la separación de la manada, ruidos fuertes y molestos, presencia de otros perros o animales agresivos que amenacen su integridad, entre otros, y estímulos aprendidos, como el dolor y el castigo, los cuales experimentan con sus dueños o veterinarios. 

 ¿Cuáles son los signos y síntomas asociados a la ansiedad por separación?

Los signos más comunes que pueden ser de utilidad para detectar la ansiedad por separación son, la intensa alerta o hipervigilancia, hiperreactividad a estímulos, aumento de la actividad motora y excitación, aumento de la actividad en el sistema nervioso parasimpático, hipersalivación, jadeos, micción y defecación incontrolada, vocalizaciones, problemas digestivos como vómitos, diarreas, falta de apetito, compulsiones como la dermatitis acral por lamidos, sarna, agresividad, entre otras. Por esto es muy importante que los propietarios tomen conciencia de que el perro sufre a causa de este estado y no solo deben consultar a un especialista motivados por los constantes destrozos, evacuaciones en lugares inapropiados o por los frecuentes reclamos de vecinos a causa de ruidos molestos. Igualmente importante es considerar que los cambios en el entorno físico y familiar de un perro de avanzada edad, son peor tolerados que en uno más joven, desarrollando ansiedad por separación al producirse cambios que antes si toleraron.

En conclusión, es fundamental poder identificar a tiempo este tipo de trastorno, ya que con el paso del tiempo lejos de disminuir o mejorar empeora y se vuelve crónica. Además se genera un desgaste en la relación entre el perro y su amo, lo cual puede provocar que este último decida darlo en adopción, abandonarlo o incluso sacrificarlo. Por esto debemos tomar conciencia de que la tenencia responsable de mascotas no solo implica la alimentación, el afecto y los cuidados físicos de nuestros perros sino también los mentales y psicológicos, ya que no solo tienen instintos, sino también sentimientos y emociones, los cuales al igual que en los humanos, deben ser respetados, considerados y valorados.