#OPINION Un nuevo animal muere por negligencia estatal

0
193
Imagen referencial

*A continuación reproducimos columna de Doctor Ramiro Riquelme-Bugueño, Profesor Asistente del Departamento de Zoología de Universidad de Concepción & Investigador en Instituto Milenio de Oceanografía, donde critica que los organismos estatales de rescate animal no atiendan durante fines de semana.

El pasado viernes 6 de octubre, alrededor de las 20:00 horas, un grupo de turistas encontró un pingüino con evidentes problemas de salud varado en una de las playas del sector Lomas Coloradas en San Pedro de la Paz, región del Bío Bío.

El ejemplar fue entregado a Jaime Guzmán, un vecino del lugar, quien solicitó la colaboración del biólogo marino Doctor Ramiro Riquelme; profesor del Departamento de Zoología de la Universidad de Concepción e investigador del Instituto Milenio de Oceanografía.

Según las primeras indagaciones, el ejemplar correspondía a un juvenil del pingüino de Humboldt (nombre científico Spheniscus humboldti), por lo que inmediatamente se hicieron todas las gestiones para dar aviso de este hecho, así como para lograr su traslado a un centro especializado y efectuar su evaluación médica.

Sin embargo, tras reiterados intentos de comunicación con el Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca), Capitanía de Puerto, Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), entre otras instituciones y centros, fue finalmente imposible obtener ayuda para esta ave clasificada como vulnerable y bajo protección. El problema: el hallazgo ocurrió un día viernes, fuera de horario laboral y, además, ¡El lunes próximo era feriado!

En Chile, durante los últimos 8 años, han ocurrido más de 700 varazones solamente en esta especie de ave marina, de las cuales el 20% han sido registradas en las costas de la región del Bío Bío.

Por lo mismo, cabe preguntarse si las autoridades conocen con detalle la lista de especies protegidas y que están bajo amenaza o vulnerabilidad, y si se tiene una base de datos respecto de los varazones.

Y si lo saben y conocen la situación, ¿cuál es entonces el impedimento para que, hasta la fecha, el organismo gubernamental (Sernapesca, y/o SAG) encargado de velar por el resguardo, o derivación de esta y otras especies, no posea ni siquiera un fono de contacto telefónico 24/7 que permita dar orientación a la población frente a este tipo de eventos que han existido siempre y seguirán ocurriendo?

Es de urgencia contar con un equipo de profesionales que presten ayuda a estas especies; al menos en turnos de trabajo y que permita dar un oportuno socorro.

Hay que aprender de experiencias del pasado en otras reparticiones gubernamentales. Tal es el caso de la Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior (ONEMI), la cual antes del megaterremoto y tsunami del 2010 no contaba con una oficina 24/7 en la región del Bío Bío que atendiera o recibiera llamados por emergencias de este tipo; considerando la naturaleza catastrófica de nuestro país.

Entonces, ¿tendremos que esperar una “mega-varazón” frente a nuestras costas para que las autoridades tomen medidas concretas?

Si el gobierno de turno o el Estado de Chile dice tener un aparente compromiso con el medioambiente y el progreso biosustentable, no se explica la inexistencia de un instrumento público al alcance de la población para dar aviso de varazones.

De hecho, los reportes de varazones, en esta y otras especies de aves y mamíferos marinos, informan de animales “accidentados” producto de actividades como la pesquería.

Esta última es una actividad altamente importante para el desarrollo económico del país, por lo que no puede estar al margen del resguardo de la flora y fauna de especies bajo amenaza. Para esto, no solo se requiere de una política de estado potente que apunte en esa dirección, sino también de una hipervigilancia de los protocolos establecidos en estos casos (si es que los hay); y de una urgente educación a la población en estas materias, además de un canal de comunicación básico y permanente.

Finalmente, ese día, cuando se encontró el pingüino, Carabineros de Chile llegó al lugar para constatar el fallecimiento del animal, después de varios intentos infructuosos por mantenerlo con vida y de vivir la imposibilidad de contactar a otras autoridades que podrían haber ayudado.

En consecuencia, el fallecido pingüino fue trasladado por los profesores Doctor Ramiro Riquelme y Doctor Mauricio Urbina al museo del Departamento de Zoología de la Universidad de Concepción para su posterior estudio.

Fotografía: Imagen referencial.

Fuente: Radio Bío Bío