#OPINION Animalistas en lucha, ¡uníos¡

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*A continuación te presentamos una nueva columna del Colectivo Cardumen que se titula Animalistas en lucha, ¡uníos¡. Cardumen es una agrupación  ciudadana y social nacida de base estudiantil que busca en su actuar trabajar las distintas demandas emanadas de los diversos actores sociales y entre los cuales están los animalistas.

Ha pasado un poco más de un año desde que decidimos organizarnos para construir una organización animalista capaz de llevar al éxito las luchas por los derechos y la vida de los animales. Levantar una nueva organización fue necesario porque ninguna de las disponibles estaba en sintonía con nuestros intereses.

Abundan las ONG’s, las fundaciones, colectivos, agrupamientos, etc.  pero todos se enfocan en temas muy particulares, nosotros necesitábamos una organización ambiciosa en el levantamiento de un proyecto político animalista, que no se conformara con un proyecto de ley, con voluntarismos o con salidas individuales al problema, sino que le diera una perspectiva totalmente transformadora, que se cuestionara la estructura económica y moral sobre la que se erige el especismo y, que por lo mismo, consecuentemente, fuera capaz de expresarse desde el animalismo sobre el resto de temas que tiene pendiente la sociedad.

Necesitamos un animalismo que se haga parte de todas la luchas y debates que apuntan a acabar con el abuso de los fuertes sobre los débiles, que sea capaz de sacar la voz también contra el patriarcado y el capitalismo. Esta cuestión en aquellos inicios la resumimos en una consigna: CONTRA TODA EXPLOTACIÓN/ HUMANA Y ANIMAL.

“ANIMALISMO”, TÉRMINO COMPLICADO

Con el desarrollo de esta idea se fueron abriendo muchas dudas y debates.

Funa animalista/ Foto de archivo

Una discusión importante fue si llamarnos o no animalistas. Para nosotros los animalistas son todos aquellos que se preocupan de que los animales no humanos sean respetados y tratados con dignidad, lo que incluye respetar sus vidas, su integridad física, psicológica, por lo que ponernos dentro de esa categoría no era del todo incorrecta, sin embargo siempre sentimos que era una etiqueta que nos quedaba corta.

Queremos hablar desde el animalismo y desde ahí coordinar acciones y dar discusiones con el resto de luchas y temáticas, pero nuestro animalismo apunta a la armonía ideal que podría existir entre humanos y entre la especie y su entorno, nuestra utopía es aquella donde no es necesario que las personas sean explotadas ni oprimidas de ninguna manera ni que tengan que vivir a costa del sacrificio de nadie para poder sentirse felices, queremos llegar a ese futuro de libertad, pero por lo mismo nos era necesario tener clara una auto definición que se ajustara a nuestra visión y que por lo mismo fuera una herramienta que nos permitiera desarrollar mejor nuestras ideas, para nosotros esto es el ecologismo, entendiendo la ecología como el resultado de todas las relaciones que se producen en el territorio.

Desde esta perspectiva se nos hace posible relacionar la explotación que sufren los obreros con la explotación y opresión que sufren los animales, con la opresión a las mujeres y el desarrollo destructivo que impone el capitalismo, con la vulneración de la niñez y con el problema del poder, etc. Para luego desde ahí pensar los caminos que tenemos que seguir.

Las categorías son necesarias y si no lo son, al menos son inevitables, todos categorizan todas las cosas para mantener el orden en sus mentes y entender su entorno. A nosotros se nos puede decir animalistas por nuestras ideas, pero también feministas, también revolucionarios, proletarios, ambientalistas, anticarcelarios, antiautoritarios y quizás cuantos otros, pero todas esas posturas se pueden resumir en ECOLOGISMO que es el nombre para aquel punto donde se cruzan, todas juntas, las temáticas y problemas.

Definirnos como un ecologismo que se la juegue por acabar con la explotación humana y animal, coordinando las distintas acciones que apuntan al cambio, nos llevó inevitablemente a tener claro que ninguna transformación será posible hasta el final sin que haya una revolución social. La mayoría de la gente es escéptica a las ideas de revolución, nosotros confiamos en que tal como los sistemas económicos y sociales de antaño cambiaron el capitalismo también tiene su fecha de caducidad, y ese momento no llegará solo, seremos nosotros mismos, los miles que creen en la revolución, los que le darán forma y vida a la idea, y tal como sucedió antes, Chile entrará a un proceso de transformación y ahí debemos estar nosotros preparados con nuestras ideas de respeto interespecie afiladas para ser incluidas en el programa del pueblo revolucionario.

Somos revolucionarios porque no queremos someternos a los tiempos del capitalismo y su sistema político llamado democracia representativa, el que con los Poderes del Estado siempre ha funcionado  a favor de ricos y poderosos dejando todas nuestras necesidades y las del planeta al último, detrás de los intereses económicos de unos pocos. Nosotros queremos que los cambios sean hasta el final y los queremos lo antes posible, queremos tener la posibilidad verídica de dar las discusiones de respeto interespecie ante toda la sociedad para desde ahí impulsar las leyes que discutidas entre todos permitan un avance en conjunto hacia el fin de la explotación y el abuso tal como sería el cierre de la industria cárnica, esto es posible hasta el final solo en manos de una democracia real, participativa, organizada desde la base social, desde los organización política en los sindicatos, en los centros de estudiantes, en los territorios, y una democracia de ese estilo solo puede ser conquistada con una revolución política y social que dé vuelta el tablero desbaratando  el poder y repartiéndolo salomónicamente, por eso nos la jugamos por las posibilidades de la revolución.

Para llevar adelante una idea así necesitaremos no solo seguir masticando la teoría hasta hacerla más blanda, sino también encontrar las formas de que esa teoría se ponga en práctica. Para esto huelga recalcar la importancia de seguir con la construcción del proyecto Cardumen y de velar porque no se transforme en una organización sectaria incapaz de trabajar con distintos grupos, o miope, centrando su actuar solo sobre problemas parciales.

Desde Colectivo Cardumen debemos ser capaces de impulsar la unidad de acción de los animalistas, esto es la unidad en las calles y en las propuestas (al menos legislativas) cuestión de ir ganando terreno como movimiento y más importante, cuestión de ir otorgándoles a los animales no humanos el respeto que se merecen. Para esto nuestros esfuerzos deben ir dirigidos a levantar una coordinadora animalista que organice desde ya un calendario de movilizaciones para el año 2018 considerando la más amplia cantidad de problemáticas y temas animalistas y no animalistas.

UNA COORDINADORA PARA LA LUCHA HASTA EL FINAL

Ha habido otros intentos de construir una coordinadora animalista pero han fracasado al no saber lidiar con las diferencias diametrales entre quienes luchan por los derechos y el respeto animal. Esta cuestión debemos revisarla de antemano para saber darle orientación a la hora de enfrentar el desafío.

Una coordinadora tiene razón de ser en la importancia de que los animales sean reconocidos con pleno derecho a ser libres y a tener vida, y a la incapacidad de los gobernantes para dar una respuesta convincente a esta necesidad, es decir, la coordinadora surge como necesidad ante una incapacidad específica, la que es otorgarles a los animales no humanos el lugar jurídico que se merecen.

Nosotros debemos ser capaces de notar esto para aprovecharlo, debemos construir todo un paradigma político sobre el cual se validen los derechos de los animales e impulsar su discusión legislativa, pero esa discusión legislativa debe estar impulsada no por los parlamentarios ni por el gobierno, debemos ponerla nosotros sobre la palestra, nosotros debemos desarrollarla desde los distintos organismos del pueblo, siempre con la idea de que su concreción será exitosa sí, y solo sí, somos nosotros mismos quienes están en la calles velando que así sea, asegurándonos que no nos pasen a la cocina legislativa y que lo dirigentes de la coordinadora no se arranquen con los tarros.

Debemos ser capaces de ligar la lucha democrática por los derechos animales a otras luchas democráticas como los derechos de las mujeres y transexuales, las mejoras laborales o el alcance de los derechos sociales como la educación y la salud, los cuales también son materia de discusión legislativa. Debemos ligar todas las luchas democráticas en una y llevarlas adelante juntas para hacerlas dar el salto político en el que se reconozca que el problema ya no es una cuestión democrática que pueda solucionar el capitalismo, sino que es solucionable solo superándolo, ahí la lucha pasará de ser democrática a ser revolucionaria. Esto dará sentido a la acción política animalista y su pelea, porque los animalistas deben luchar no solo rescatando o alimentándose sin crueldad, sino también impulsando los recursos jurídicos que le den proyección social, la lucha por derechos es jurídica y legislativa, de lo contrario las acciones limitan su impacto temporal y social, y esto no debe ser entendido como simple reformismo, debemos tomar esas luchas y las perspectivas que entregan como escenario de entrenamiento para las luchas revolucionarias que se darán en el futuro, deben ser un lugar que aprovechar para discutir los temas animalistas con los demás sectores en lucha y con el pueblo en general, eso nos permitirá al menos ir ganando terreno en el marco jurídico capitalista, lo que allanaría una política antiespecista postcapitalista, sin contar los avances que se pueden generar en la consciencia del pueblo, aun más si hay una lucha social que coordinadamente impulse todos los cambios que necesita el pueblo, incluyendo el reconocimiento de los derechos animales.

¿Cómo lograr una unidad de intereses y formas de trabajo en el mundo de la protección animal en pro de los derechos de los animales?, es la pregunta que se hace la columna

Bajo esta perspectiva tienen cabida todas las posturas animalistas que se proyecten en el tiempo. Es necesario el aporte de rescatistas y cuidadores porque son quienes más hacen por los animales, la coordinadora debe ser capaz de canalizar sus ideas y necesidades y darle el apoyo que necesitan, así mismo es necesario la participación de veganos antiespecistas que aporten también con sus ideas filosóficas a un entendimiento más acabado de las relaciones interespecies, será necesaria la participación de aquellas que manejan el contenido legal y jurídico imperante, incluso podría ser útil la presencia de aquellos que ocupan cargos públicos de relevancia, en definitiva pueden participar todos y así sucederá al nacer como una instancia abierta, pero nosotros debemos apuntar a que la coordinadora cuente con la presencia de los espacios de organización del pueblo y con los animalistas de base que hacen más pega y honestidad, es decir, los rescatistas.

Para atraer a los rescatistas debemos hacer de la Coordinadora un espacio útil para ellos, esto es que le dé continuidad legislativa a sus propuestas. Deben ser ellos parte central de la elaboración de propuestas legislativas y reglamentos y no permitir que pase lo que ha pasado con la Ley de Tenencia responsable y la máquina ministerial que finiquitó la idea de cuidado responsable. Además la Coordinadora debe ser capaz de articularse como red de colaboración para el rescate, esto es sobre todo ingresos, los rescatistas necesitan plata y eso a todos los animalistas especistas y no especistas debería hacerles ruido.

Debemos contar con la participación de los restos de movimientos sociales, estos puede ser activistas por sí solos aunque hay que desarrollar una línea que apunte a que la integración sea desde los organismos, esto significa que desde los distintos movimientos hayan delegados a la coordinadora cuestión que aquel delegado haga llegar la discusión e información a todo su sector, por ejemplo deberíamos tener sí o sí delegados de centros de estudiantes que lleven las posturas de sus liceos a la coordinadora y que bajen la información de la coordinadora a sus compañeros  de liceo.

Pero no solo eso, no puede ser solo una suerte de compartir miembros o información, desde la coordinadora debemos proponer una forma concreta en que la lucha animalista y la estudiantil se vinculen, nosotros como Cardumen tenemos la idea de hacer de la lucha de reconversión de los zoos una que involucre directamente al movimiento estudiantil, esto sería algo así como hacer de los zoológicos centro de rehabilitación de fauna que estén orientados al rescate y a la rehabilitación de animales exóticos y silvestres, que luego sean relocalizados en sus hábitats o en santuarios (para lo cual urge una política audaz de santuarios en Chile) y que esté en relación directa con el sistema educativo desde la investigación y la asociación del Aprendizaje y Servicio; así mismo queremos impulsar una reconversión de los zoos que integre las necesidades laborales de quienes ahí trabajan, buscando hacerles sentido entre sus derechos y los de los animales. Esto es un ejemplo, hay muchos puntos de unión concreta que debemos desarrollar para una unidad en las propuestas y en la acción.

Por último vale decir, ¿qué animalismo es necesario?:  uno que supere incluso su límite nominal y que entienda que para ser consecuente hay que acabar con toda explotación y opresión 0 hasta el final, que a la vez entienda los distintos estados de consciencia y discusión existentes y discuta con paciencia y altura de miras las propuestas y rutas a seguir para así garantizar un avance de conjunto. En definitiva no necesitamos un animalismo, necesitamos un ecologismo revolucionario que luche por todo y en todos los lados que sea necesario.

Las opiniones vertidas en esta columna no representan necesariamente la opinión de Equipo de Protección Animal Chile- EPA y son de exclusiva responsabilidad de quien las emite.