#MAGALLANES Acusan que grave descuido de peluquería canina terminó con una perrita muerta en Punta Arenas

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Sin dar crédito a lo sucedido y aún con la pena de haber perdido a su mascota “Kenita”, de 9 años, Ana María Salazar Ampuero concurrió a la Fiscalía de Punta Arenas durante la mañana de este jueves  para interponer una denuncia por maltrato animal. Con esta acción presentada ante el Ministerio Público busca que se investigue la muerte de su perrita de raza poodle, quien sufrió graves lesiones mientras estaba a cargo de la peluquería “Perros, Perrunos”, ubicada en calle Prat, presumiblemente debido al ataque de otros canes.

La dueña de “Kenita” relata que llevó a su perrita a la peluquería el viernes pasado (15 de diciembre) para que le cortaran el pelo de sus patitas y con esa idea la dejó en el local. Sin embargo, como a las cinco de la tarde de ese mismo día la llaman para que vaya a buscar urgente a su mascota porque estaba convulsionando.

“Cuando llegué a la peluquería, la ‘Kenita’ estaba en un sillón, le sangraba la boca y la nariz, tenía la mitad del pelo cortado, además tenía unos cortes en la guatita, así que yo la tomé y le dije: ‘la cortaste, la cortaste y no me dijiste’”, recordó Ana María Salazar Ampuero, aún estremecida por perder a una compañera de vida.

Lesiones irreparables

Ante las graves heridas que sufrió la perrita, la llevó a la Clínica Veterinaria San Nicolás, donde permaneció internada en la unidad de cuidados intensivos hasta este lunes, cuando finalmente falleció. “Cuando llegamos, los profesionales que la atendieron se sorprendieron del estado de la perrita, tenía las patitas quebradas, un traumatismo encéfalo craneano y contusiones en los cojinetes, estaba sangrando”, recordó en visita a La Prensa Austral.

De acuerdo al informe médico emitido por la Clínica Veterinaria San Nicolás, se sostiene que la perrita sufrió un trauma torácico, traumatismo craneoencefálico, además de heridas en las extremidades. “Con los exámenes sanguíneos se denota un proceso inflamatorio sobreagudo y por sobre los valores enzimáticos, daño estructural hepático y uremia. Durante la madrugada del día 17 la paciente no recibe alimento, ni líquidos, además de dolor y distensión abdominal”, se señala.

Sobre lo sucedido, la dueña de la perrita preguntó qué le pasó a su mascota y le respondieron que la habían atacado unos perros. Inmediatamente se interpeló: “Si tengo una responsabilidad y es mi oficio, tengo que protegerla y cómo se va a arrancar una perrita de tres kilos. Entonces no es para dejarlo así, porque mi perrita quedó destrozada, no comía y tuvieron que sacarle la orina con la jeringa, porque le reventaron la vejiga”, narró, dolida y a la vez preocupada de que una situación de esta índole pudiera repetirse con otro animalito.

Fuente: La Prensa Austral