Investigadores crearon el primer mapa de especies que han migrado desde su lugar original. En el mundo hay 13.168 en esta condición.
Ningún intento ha logrado erradicar al espinillo o chacai (Ulex europaeus) del territorio chileno. Un arbusto competitivo, que se ha tomado terrenos de la ganadería, bordes de caminos y zonas forestales. A pesar de haber sido introducido en el país durante el siglo pasado, para ser usado como cerco vivo y en el control de dunas en suelos arenosos, hoy no tiene utilidad y sólo es una planta invasiva que puede sobrepasar los dos metros de altura, con flores amarillas y semillas tóxicas de gran poder de germinación.
Junto a la zarza (Rubus ulmifolius) y la retamilla (Teline monspessulana) están entre las especies cuya colonización de territorio ha tenido el mayor impacto, desplazando a otras especies -de flora y fauna-. Pero hay más. Se ha constatado que 743 especies vegetales exóticas se han establecido en el país, dice Nicol Fuentes, investigadora del Laboratorio de Invasiones Biológicas (LIB) de la U. de Concepción. “Su control es muy complejo y la erradicación casi imposible. Estas especies se han establecido en áreas de cultivos afectando al sector productivo. También se han establecido en áreas destinadas a la conservación, afectando la biodiversidad nativa”.
De acuerdo al primer mapa sobre estas especies alóctonas, publicado en la revista Nature, y realizado por un grupo internacional -entre ellos Fuentes-, en el mundo se han encontrado 13.168 variedades que se han asentado en un lugar distinto al de su origen. Es decir, el 3,9% de toda la flora vascular ha colonizado territorios, en la mayoría de los casos, por acción humana, como el caso del espinillo. Europa es la principal fuente de origen.
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El estudio, realizado con datos de 481 áreas continentales y 362 islas, abarcó el 83% del territorio del planeta. Fueron incluidas 690 especies presentes en Chile, pues no existía la información necesaria de todas las naturalizadas (fecha de introducción al país o distribución, por ejemplo).
“Del total de especies naturalizadas que hay en Chile, el año pasado hicimos una selección de alrededor de 100 que presentan el mayor potencial invasor”, cuenta Fuentes. Con esas especies se realizó una guía de campo de distribución gratuita y libre descarga en la web de su laboratorio (www.lib.udec.cl).
A nivel nacional el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) es el encargado del control y monitoreo de estas especies, enfocado a especies que pueden ser problemáticas para el sector productivo, pero desde la creación del Ministerio del Medio Ambiente, también se ha puesto atención a las que afecta áreas destinadas a la conservación (parques, reservas, etc.).
Chile es reconocido por tener un sistema estricto para el ingreso de especies en todos los puntos de ingreso al país. Sin embargo, dice Fuentes, esto no es suficiente. “Lo que sin duda debe mejorar es la aplicación de sistemas de evaluación de riesgo para especies de flora y fauna, terrestre y acuática, eso ayudaría a evitar el ingreso de especies que, por ejemplo, se introducen para recreación y, posteriormente, se convierten en un problema muy serio”.
Se refiere a la introducción de especies ornamentales, que no se conoce su potencial invasor o lo que sucederá si logran propagarse fuera de los jardines o áreas donde fueron introducidas. “Tampoco se sabe cuáles especies que se introducen para biocombustible y si esas especies tienen o no un potencial invasor”.
Erradicar es difícil, pero es posible ir hacia la elaboración de políticas públicas, estudiando estas especies y mejorando la coordinación entre los organismos encargados de detectarlas. “Actualmente, la cantidad y calidad de la investigación que se realiza en el país puede aportar antecedentes importantes en esta área”, asegura la investigadora.
Fuente: La Tercera
