#ESPAÑA La historia de Candela, una perrita que vivió en una azotea durante 7 años

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Candela era una sombra que se movía a duras penas por la azotea, una rotweiller consumida, apenas algo más que huesos sobre la piel:  siempre estaba allí, en el tejado de una vieja casa de Vélez-Málaga. Si llovía, alli se quedaba, el agua empapando las heridas de su lomo; si caía el sol a plomo, buscaba, si acaso, una esquina en la que guarecer su cuerpo comido de parásitos. Invisible. Pasaron siete años.

Un vecino avisó hace algo más de un mes en la comisaría de Policía Nacional. Les dijo que la perra llevaba años así.

A Óscar del Bosque, que acompañó a los agentes en el rescate, le impresionó el panorama.”Estaba en un charco de orina y heces, prácticamente ciega, llena de costras, delgadísima”, menciona el presidente de la Asociación para la Investigación y Seguimiento sobre Maltrato Animal y Medioambiental de la Axarquía (APISMAM). Señala que  no se había encontrado una situación tan dura en los tres años que han pasado desde que existe la ONG.

Candela se estaba autolesionando, padecía una conjuntivitis de años y el pus no la dejaba ver. No tenía donde resguardarse, estaba a la intemperie y la dueña le echaba una bolsa de pan duro que ni siquiera abría. Tiene entre siete y nueve años. Toda su vida metida allí”, agrega del Bosque.

Los policías describían a Candela como “una perrita dócil y cooperadora en grave estado de desnutrición y con severos problemas de salud”

La propietaria, una mujer de 56 años, fue detenida por un presunto delito de maltrato animal.

“¿Cómo es posible que la perra haya pasado toda su vida en esas condiciones? Yo creo que por aquí nadie quiere implicarse, denunciar supone un esfuerzo”. dice el fundador de la asociación..

Según el informe veterinario, el animal, además de desnutrición -pesaba 23 kilos cuando su peso debería de ser alrededor de los 42- y falta de cuidados profilácticos, padecía de leishmaniasis, enfermedad que si no es detectada y tratada puede causar la muerte del animal. La perra, que presentaba un cuadro grave de enfermedad en la piel de origen alérgico por falta de tratamiento, había adoptado una conducta recurrente de autolesión.

Candela ha pasado un mes en un hospital veterinario y se ha recuperado. “Pero lo peor es el daño psicológico que sufre, que es terrible, No queremos que los años que le queden viva en un refugio”.

La asociación buscó una familia en Marbella para ella. “Pero para ser rotweiller es pequeña y apenas tiene musculatura. Los otros perros que vivían en la casa, de la misma raza, la atacaban”. Ahora está en acogida, viviendo con un hombre hasta Navidades. “Necesita un entorno tranquilo, y en caso de que haya perro, que tenga un carácter calmado”, opina Del Bosque.

La perrita está en manos de la Protectora Refugio Cantalobos en Almuñécar (Granada). La investigación policial ha sido remitida al Juzgado de Instrucción número 4 de Vélez-Málaga.

Fuente: El País de España